Buscó el desarrollo de esa zona del Sur de Sonora, en donde sus ejidos fueron bautizados como “cachoreros”.
Por Emilio Borbón Willis
Navojoa/VdM, 25 de enero
Al inicio de la década de los 70´s inicia su carrera política un gran médico, que resulto mejor político.
Su vida la dedicó al beneficio social, primero como médico en
el Hospital de Neumología de Navojoa y posteriormente como Presidente Municipal
del mismo municipio (1973-1976). Escalando rápidamente hasta llegar a ser el
mejor gobernador de nuestro estado a la fecha.
Son mucha las obras que inició y terminó, dejando algunas
inconclusas de las que hoy les hablaré, en especial del nuevo valle agrícola
del Sur de Sonora, conocido como Fuerte- Mayo.
Por terceras personas me he enterado de la cruenta lucha
iniciada por el Dr. Samuel Ocaña García (exgobernador de Sonora de 1979-1985), en contra de la entonces Secretaría
de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH). Se le hacía una injusticia que
los escurrimientos del arroyo de Álamos- sí, ese que se conoce como Cuchujaqui-,
fuera a regar terrenos en otro estado, habiendo tanta superficie y familias
engañadas con el proyecto Plan Hidráulico del Noroeste (Plhino), en el Sur de Sonora.
Los políticos mexicanos, especialistas en mentir, lograron
que miles de campesinos que invadían tierras en los grandes distritos de riego
del país, aceptaran ir a poblar una tierra inhóspita, en donde sólo había
cachoras, por lo cual otro gobernante bautizó sus asentamientos en la zona Fuerte-Mayo,
como “ejidos cachoreros”.
Ocaña García les dijo les “construiré una gran presa- la hoy Huites-
para que rieguen 35,000 hectáreas, para que 3,500 familias rieguen 10 hectáreas
cada una y dejen de ser ‘ejidos cachoreros’”.
Dos gobernantes, de dos estados vecinos, acordaron después de
una gran inundación, que dañó 50 mil habitantes y arrasó con 50 mil hectáreas
en El Fuerte, gestionar otra presa, en la cual Sonora sería muy beneficiada.
Con el fin de que tengan una idea del beneficio, se estima
que la plusvalía en el valor de la tierra con servicio de riego es del orden de
200 mil pesos por hectáreas, siendo 35 mil hectáreas para Sonora y sus
campesinos. Tendrían un aumento de valor en sus tierras de 35,000 hectáreas por
200,000.00, sería 7,000,000,000.00. Así como les digo: el valor de la tierra en
Sonora se incrementaría en 7 mil millones de pesos.
Se terminó la obra hidráulica en el tiempo programado, con la
novedad de que sólo les expidieron a los sonorenses una concesión por 15,000 hectáreas;
posteriormente les notifican que ya no habría más agua para sus campesinos, iniciando
una pertinaz lucha y gestión para concesionar y darle agua a las 20 mil hectáras
restantes, según proyecto.
Quienes conocemos a nuestros políticos neoliberales nos da a
entender que era un despojo pactado, un acuerdo de dejar la mayor parte del
agua en Sinaloa, jugándole al campesino una vez más el dedo en la boca y, si
bien les va, recibir atole con el dedo.
Con base en el proyecto ejecutivo que enumera las áreas a
recibir el beneficio, les hemos ganado grandes batallas técnicas y legales a
los eruditos del agua, quienes les deben el puesto a esos políticos corruptos,
que han saqueado a nuestro país y empobrecido al campo mexicano, y que dicen
que es más barato comprar los granos que producirlos, no dejando al hombre de
campo otra opción más que de dedicarse a las actividades ilícitas, ya que la
necesidad hace licito lo ilícito, como lo
marcan las leyes mexicanas.
Aún faltan 16,200 hectáreas por concesionar; un monto en pesos en el valor de la tierra de200, 000.00 x 16,200 hectáreas, que son 3,240 millones de pesos. Con Alfonso Durazo lo lograremos.
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