El mayor reto de cualquier medio público: Hacer periodismo de servicio público y no al servicio del poder púbico.
Estado de México/VdM, 06 de octubre
La pandemia
les obligó a replegarse, como a todo mundo, así que tuvieron que cambiar las
fechas y acomodarse a los eventos virtuales.
Esta semana inició el encuentro de medios públicos convocado por el Instituto Mexicano de la Radio (Imer), para analizar la situación actual de los medios que son propiedad del Estado y el papel que deben jugar en tiempos de pandemia, de desinformación y de cambios políticos y electorales.
En el caso mexicano hay más de 200 medios públicos, fundamentalmente de radio y televisión, aunque hay algunas plataformas digitales, medios que sólo se difunden por Internet y uno que otro impreso que llega a sobrevivir en el formato de revistas.
El mayor reto ha sido el mismo de toda la vida. ¿Qué hacer para que los medios públicos sean públicos y no estén al servicio de quiénes gobiernan?
¿Cómo hacerle para que sus contenidos sean de interés público y que no se utilicen para exaltar al personaje que encabeza el gobierno federal o el estatal?. Hay que recordar que cada estado de la República cuenta con su propio sistema estatal de radio y televisión, así que obedecen al tlatoani en turno que cobra como gobernador, gobernadora o jefa de gobierno.
El único caso aparte es el Sistema Morelense de Radio y Televisión que depende directamente del Congreso del Estado, que en el caso actual no significa que tenga autonomía, pues está al servicio de un poder.
Casi la totalidad de los ingresos de los medios públicos son asignaciones presupuestales, aunque hay algunas emisoras de radio y televisión que pueden comercializar sus espacios.
Hay otros medios que más allá de su labor de difusión de mensajes, también tienen ingresos a través de la venta de servicios de producción y hasta de rentar equipo, funcionan como casas productoras, pero son pocas y no reciben suficientes contratos ni siquiera de las entidades públicas.
Cuando Andrés Manuel López Obrador llegó a la Presidencia y canceló los contratos a casas productoras que hacían campañas para dependencias federales, no se dio cuenta de que canceló también los contratos que le daban ingresos a Canal Once, Canal 22, el Imer y Radio Educación.
8Estos mismos medios públicos se quedaron fuera de la jugada para producir los contenidos educativos para esta pandemia y el gobierno prefirió darle ese recurso a las televisoras privadas.
*E-mail: aasolisa@gmail.com
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