Es necesario ser creativos para mejorar el uso del agua, contribuir a mejorar la economía del productor y favorecer al medio ambiente.
Navojoa/VdM, 01 de octubre
Por Emilio Borbón Willis
En México se establecen bajo riego cerca de 6 millones de hectáreas, el 50% en distritos de riego y el complemento en las unidades de riego para el desarrollo rural.
Sin embargo, en ambos sectores son indispensables los buenos
regadores, ya que son los encargados de aplicar el agua en las parcelas. El
Valle del Mayo siempre ha sido referente a nivel nacional en el manejo del
agua, tanto en la red de distribución como en parcela, esto como consecuencia
de las recurrentes sequias, como la que estamos viviendo actualmente -la peor,
creo yo, en la historia del Distrito de Riego.
Tuvimos en la década de los 80’s una situación similar: no
fue por sequia realmente, sino porque los productores acordaron sembrar 10 mil
hectáreas, mismas que no tenían respaldo de volumen en presa. Se hizo con la
esperanza, y seguridad, que en las “equipatas” (que en esos tiempos eran
frecuentes) caería el agua faltante, ya sea en lluvias en el valle o
escurrimientos en la parte alta de la cuenca. Ninguna de las posibles
soluciones se presentó.
Lo anterior nos obligó a realizar un mega operativo, día y noche, tras los regadores, aplicando tandeos en los canales y reuniones de emergencia semanal en el nacimiento de cada lateral, dándoles gasto tiempo a los productores, cerrando riegos solos en la noche. Y ya que ellos eran responsables de ese acuerdo tenían que acatar las órdenes y lo hicieron.
Aunado a eso, fue un año excelente para el trigo, con muchas
horas frío y récord de producción por hectárea y récord en volumen aplicado, el
mínimo por hectárea, con una eficiencia de distribución óptima y mejor la
eficiencia parcelaria.
Lo anterior nos da la pauta de lo que debemos de hacer, no
sólo en el Mayo, sino a nivel nacional. Se ha visto que se están presentando
muchos problemas por la falta de agua en México, lo que nos obliga a quienes
tenemos una poquita de experiencia a sugerir ideas que se puedan tomar en
cuenta para eficientar el cada vez más escaso recurso llamado agua.
Por las razones indicadas, se le propone al candidato a
presidir a la Asociación Nacional de Usuarios de Riego (ANUR), organismo que
aglutina a casi 500 asociaciones civiles- también llamados módulos de riego-, a
que se inicie con una Escuela de Regadores, para que quienes apliquen agua en
las parcelas estén capacitados e tres principios básicos: cuándo, cómo y cuánto
regar.
-Cuándo: para sembrar en las mejores fechas.
-Cómo: seleccionando el mejor método de trazo de riego, según
cultivo y textura de los suelos.
-Y el más importante: cuánto regar. Buscando suministrar al suelo y al cultivo lo
mínimo necesario, sin desperdiciar volumen, según el tipo de suelo.
El representante de los módulos de riego del Mayo, que
pretende llegar a presidir a la ANUR, dentro
de su plan de trabajo debe incluir esta Escuela de Regadores en el Valle del Mayo,
que capacite y actualice a los encargados de aplicar el agua.
Su implementación sería algo novedoso, algo sumamente
necesario, que justifica un rescate de volumen de los recursos aplicados. La
Comisión Nacional del Agua (Conagua) debe aportar por lo menos el 50% de los
recursos, los productores el complemento.
Vamos siendo creativos. El agua más cara es la que no se tiene. El trigo requiere solo 4,900 metros cúbicos, pero gastamos 7,000 por hectárea.
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