Cometió el hecho por el pago de unas tijeras que le debía Jesús Alberto, quien estaba dormido cuando lo mató.
Guaymas/FGJE/VdM, 04 de diciembre
Fue el pasado 02 de diciembre cuando Agentes Ministeriales de
Investigación Criminal (AMIC) de la Fiscalía General de Justicia (FGJE)
ejecutaron la orden de aprehensión en contra de Miguel Alejandro “N.” y el 03
de diciembre se llevó a cabo, a través de videoconferencia, la audiencia
inicial, donde el Juez determinó prisión preventiva oficiosa en tanto se
concluyeran las investigaciones.
Sin embargo, al darse las condiciones suficientes para llevar
a cabo el procedimiento abreviado, el imputado accedió a ese recurso y el Juez
le dictó la sentencia condenatoria por 20 años de prisión y le impuso una multa
y efectuar los pagos por la reparación del daño moral y la reparación del daño
material genérica.
Los hechos
Miguel Alejandro “N.” fue señalado, dentro de la causa penal
0230/2020, de privar de la vida, junto con otros individuos, a Jesús Alberto,
quien se encontraba dormido en su domicilio al momento de la agresión armada.
De acuerdo con la narración del suceso, el ataque ocurrió en
el interior del domicilio de Jesús Alberto, vivienda ubicada en la colonia San
Vicente, de esta ciudad, alrededor de las 23.20 horas del día 29 de septiembre
del año en curso.
Hasta ese sitio llegó Miguel Alejandro “N.”, acompañado de
por lo menos dos sujetos, tocó la puerta, abrió Sofía, la esposa del hoy
occiso, y ella le dijo que su marido estaba dormido cuando el presunto
responsable le indicó que estaba ahí para que Jesús Alberto le pagara una deuda
de unas tijeras.
Ejecutado
Miguel Alejandro “N.”, “el orejón”, insistió en que le
llamara para hablar con él, sin embargo, la señora Sofía se opuso, por lo que
Miguel Alejandro “N.” le pidió un vaso de agua, ella cerró la puerta, pero al
momento de regresar con el vaso con agua, el individuo, acompañado por otro que
portaba un arma de fuego, se metieron a la fuerza a la vivienda, donde además
estaba una menor de 8 años de edad, y se introdujeron a la habitación donde se
hallaba dormido Jesús Alberto.
Sin despertarlo y sin mediar palabra, accionaron el arma en repetidas ocasiones contra la víctima, ocasionándole lesiones que lo privaron de la vida, para después, todos los involucrados en el homicidio, huir a fuerza de carrera.
Comentarios
Publicar un comentario