Docente motiva a sus estudiantes a mejorar
Por Teresa González
Navojoa/VdM14 de febrero
“En tiempos de emergencia sanitaria ya no es posible trabajar de la misma manera”. La frase resume el dilema que enfrentan los docentes para impartir enseñanza a distancia.
Su recorrido inicia a las 9:00 de la mañana y concluye hasta las 3:00 de la tarde.
Su primera visita es la comunidad de Bahuises; luego se traslada a Loma del Refugio y Capohuiza, las tres en comisaría Rosales, y concluye su labor en la colonia Nueva
generación, en la ciudad de Navojoa.
Cuando la estrategia no funciona
La maestra Yesenia Galaviz Valenzuela se dio cuenta que, a pesar de las estrategias implementadas por autoridades educativas, como fue la de poner a disposición las clases por televisión y a través del uso de mensajería de WhatsApp, no había una retroalimentación de las actividades escolares.
Fue en ese momento cuando detecta "focos rojos", que posteriormente la llevaron a tomar la decisión de hacer visitas a domicilio, y por un marcado interés de apoyar a los alumnos con problemas de aprendizaje en lectura y escritura.
En promedio, la profesora dedica una hora a las actividades de enseñanza educativa a sus alumnos.
El tiempo lo dedica a supervisar
tareas y a estar atenta a que los niños
terminen sus trabajos en su presencia.
“Si no está reforzado lo que es escritura y lectura se les
dificulta continuar y ellos mismos se desmotivan porque no pueden avanzar,
relató la docente.
La creatividad
Para la
maestra Yesenia Galaviz educar
en tiempos de emergencia sanitaria representa un reto ya que no se puede trabajar de la misma
manera que en el aula.
“Al
principio pensábamos que los papás podían ejecutar nuestra planeación; les
mandábamos todas las actividades que normalmente hacemos en la escuela, y así he visto que lo
siguen mandando”, dijo.
“ Pero en todo este tiempo he aprendido que es diferente, que no tienes que mandar actividades, como lo que se hacían en aula, en donde se incluían todas las actividades previas y las lúdicas. Es un error que cometí yo también al principio, incluso, llegué a pensar que ese era el motivo por el que no me enviaban las actividades”.
“Al inicio del nuevo ciclo a los padres de familia se les ofreció la opción de que las actividades las pudieran hacer por televisión pero la estrategia no funcionó, los papas seguían sin responder”, recordó.
Posteriormente, comentó, se les envío las tareas vía WhatsApp
y se les dio la opción de que enviarán fotografiadas las evidencias de las
tareas pero tampoco había respuestas.
“Entonces opté por pensar como madre de familia, y empecé a ver qué era lo que se les
dificultaba. Decidí imprimir copias como una opción alterna, tomando en
cuenta las actividades del libros. Algunos enviaron las tareas ese mismo día, pero hubo algunos niños de los que no tuve evidencias al 100%, así que opté por no evaluarlos, porque me pareció una irresponsabilidad
de mi parte”.
Yesenia no emite juicios en este nuevo proceso de enseñanza, pero sostiene que los padres de familia no se dan tiempo para sentarse a trabajar con sus hijos, menos a la distancia.
Sin embargo,
sostiene que no ha encontrado el motivo real por el que se están presentando ese tipo de situaciones, pero plantea que por comunicación no es.
Fue en noviembre cuando solicitó permiso para visitar a los niños en sus casas, particularmente con aquellos que tienen problemas de aprendizaje en las materias de lectoescritura.
Para diciembre logró un acuerdo con los padres de familia para efectuar las visitas a sus hogares.
En enero, la profesora elaboró un diagnóstico del grupo que atienden, permitiéndole conocer el
nivel de conocimiento de sus alumnos, y al ver los resultados decidió priorizar las actividades de lectoescritura y de que aprendieran los números hasta el número
100.
Su experiencia
Para la
maestra Yesenia Galaviz el hecho de
mantener un contacto directo y que éste sea continuo, obliga a que los papás que estén muy al
pendiente de las tareas de sus hijos; incluso, había muchos niños que ni
siquiera habían tomado el cuadernillo desde que el documento les fue entregado.
“La
distancia hace que pierdas el compromiso de trabajar, y hasta el momento no he encontrado el punto exacto que permita
decir: esto es lo que realmente pasa. Pero lo que sí puedo decir es que por falta de comunicación no es, aún no he encontrado la respuesta concreta”, remarcó Yesenia.
En el camino, Yesenia Galaviz Reflexiona: "Los maestros podemos hacer la diferencia si somos capaces de mostrar empatía con lo que sucede con nuestros alumnos. Que puedan entender que pese a tener su parte de responsabilidad con la educación de sus hijos no son los maestros. Hay quienes envían actividades como si el menor fuera a trabajar las cuatro horas en casa, o hay casos extremos en las que no envían nada”.
“Muchos podrían pensar que esta actividad, de ir a los hogares de los niños, quita responsabilidades a los padres de familia. Yo no lo veo así, al contrario: ellos se motivan al igual que sus hijos, y para mí significa poner un 'granito de arena' a la profesión que muchos de nosotros amamos, pero además implica una gran satisfacción personal", concluye.
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