Por Teresa González
Al límite y con la piel dura
Los personajes que diseñaron la estrategia de estirar la liga lo más larga posible para definir candidaturas a los diferentes puestos de elección en Morena, debieron haber medido el impacto de lo que dicha decisión generaría.
El estilo rijoso, entretenedor, y de mantener una agenda mediática en donde solo se habla de Morena, son propios del "Peje", diseñadas para que todo mundo podamos hacer conjeturas de lo
que está pasando, ahora protagonizadas desde
el interior de un Movimiento que ni a partido llega.
De este momento hay muchas
lecturas, la más cercana es la que muchos hemos digerido sobre una posible
caída del Movimiento en futuras elecciones, pudiera ser, pero nada está
escrito.
A militantes y simpatizantes los llevaron
al límite de sus capacidades para probar su temple, lealtad y capacidad de
resistencia pero en el camino muchos no aguantaron, algunos hicieron el berrinche o simplemente optaron por la salida más fácil de ir otro partido político llenos de odio y resentimiento bajo el argumento de falta de democracia e imposición de candidatos.
Los vaticinios de los que le
entienden al tema de la política hablan de un declive de Morena, de que fue un
error la estrategia, que les faltó ofició político, que hubo dedazo, y un
rosario de inconformidades que todos los días están en medios tanto nacional
como de los estados en donde habrá elecciones.
Se han escrito sendos artículos y
análisis políticos sobre el mismo tema, no
obstante, en la agenda mediática sigue predominando la marca de Morena para
bien o para mal, incluso por encima de
sus propios candidatos, mientras que de los adversarios se habla poco o casi
nada, esto a pesar de que también se
están poniendo zancadillas, tanto del Partido Acción Nacional (PAN), como del
Partido Revolucionario Institucional (PRI), ahí también la lucha por el poder
es encarnizada pero están invisibles.
Sin embargo, mientras unos se
van, otros están llegando al Movimiento de Regeneración Nacional se suman tanto panistas como priistas, y otros entienden la necesidad de la disciplina partidaria.
Es difícil saber en estos
momentos los efectos de una estrategia que midió el temple de la militancia, incluyendo a los que ya habían tenido la oportunidad
de gobernar bajo las siglas de Morena. Quizás es posible verlo en el inter de
las campañas.
Lo cierto, es que apenas vemos la punta del Iceberg también falta ver el impacto que tendrán los programas sociales en los estados donde habrá elecciones, a estos, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, los mantuvo ajenos a las calenturas de la cúpula de Morena, por la misma razón que estamos viendo en estos momentos.
Por último, vale recordar a
Gibran Ramírez Reyes, el como muchos intelectuales describe puntualmente el
amañado proceso de elección de candidatos en varios estados, y aunque sostiene
que seguirá participando en Morena, recuerda las palabras que el presidente de
la República le dijera: “Hay que tener la piel muy dura porque esto apenas
comienza”.
De antemano, quienes orquestaron la estrategia de dar a conocer hasta el final a los candidatos, midió fríamente lo que estaba por ocurrir: la avaricia y la lucha por el poder sería muy notorio. Se la jugaron, aunque hay quienes califican el hecho como una tontería, ahora falta ver los resultados que son fácilmente medibles.
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