Pesca furtiva y falta vigilancia en veda mina vida del sector pesquero.
Por Teresa González
Santa Bárbara/Huatabampo/VdM, 19 de octubre
Aunque no es sólo la baja captura de camarón y otras especies lo que ha mermado la economía de muchas familias dedicadas a la pesca, es también la falta de vigilancia en tiempos de veda; las condiciones del clima también ha sido un factor que influye, pero como la más dañina es la pesca furtiva, que muchos cooperativistas ya la han denunciado púbicamente ante autoridades estatales y federales.
El primero efecto de baja zafra de camarón se notó desde el inicio del levantamiento de la veda, lo que obligó a pescadores organizados en cooperativas a solicitar ayuda a autoridades del municipio para que se bajen apoyos emergentes que les permitan saldar adeudos con sus proveedores.
Se habla de que 3 mil familias se verán afectadas de continuar con tan malos resultados, según se menciona en el boletín oficial emitido por el Ayuntamiento de Huatabampo, el pasado 6 de octubre.
Arnulfo León Zazueta, es pescador
desde los 25 años, su actividad pesquera la combina con la venta de tortas y
refrescos en el campo de Santa Bárbara, dice que años atrás el tiburón se
podía pescar cerca del Faro, que los cambios de clima afectan los días
pesca, porque puede haber días buenos o malos, y coincide con muchos de su
colegas pescadores que fueron
entrevistados: que la falta de vigilancia en tiempos de veda mina sus ingresos.
“La abundancia que antes había poco a poco ha venido a menos, y no es de ayer, dijo, el fenómeno se viene observando desde hace nueve años. Ya no alcanza para comprar una camioneta, ahora nos conformamos con que salga para el sustento diario de la familia. No son los tiempos de antes, ya no hayamos que hacer porque se tienen muchos adeudos y además, hay mucha competencia, mucha gente que se dedica a la pesca".
Los pescadores tienen que
retirarse cada vez más para poder atrapar un tiburón y lo mismo pasa con la
manta. En su caso, se dedica a la pesca de jaiba, por lo menos salen para gastos
mínimos del hogar. "tenemos pagar luz, agua, y lo poquito que sobra para la escuela". comentó.
Anteriormente, no se pescaba con
chinchorro, se hacía con tarrayas. Fue el presidente de la Cooperativa Pesquera Jurisdicción, Gerardo
Quijano, quien inició con ese tipo de estrategia para ir a trabajar en mar
abierto y con muy buenos resultados, hasta 300 kilos por viaje.
Arnulfo León recuerda viejos tiempos donde alguna vez hubo abundancia, y agregó que la vida del pescador ya no es como antes.
Pesca a Mar Abierto. El Orgullo
Para muchos pescadores dedicados a la pesca mar abierto, regresar a casa es como tirar una moneda al aire. Si durante cuatro horas no ven tierra cada rato piensan en si van a poder volver.
“Los pescadores de mar abierto
son de a deberás", enfatizó Fidel Gastélum Leyva, de profesión docente y
pescador, "son cazadores y aventureros que viven cosas inimaginables en medio
del mar”.
Y remata: en Moroncárit se usan
pangas de 25 a 27 pies, un motor de 100 caballos, dos mamilas de gasolina. Es
ir a 60 kilómetros a tirar chinchorros y a enfrentarse a los “monstruos” (
especies grandes como el tiburón y el pez vela).
La pericia de un pescador puede salvar su vida cuando las cosas se complican, explicó Fidel.
Incluso, una
camiseta de algodón, un encendedor y hasta un
desarmador pueden ser de utilidad cuando la panga sufre averías. Son cosas
elementales que hacen la diferencia.
Fidel mencionó que un pescador que sale a trabajar a mar abierto va preparado con radio de comunicación, chaleco, salvavidas, cada uno lleva su agua y su propio alimento.
Cada quien va cuidando su vida porque son leyes no escritas que fueron transmitidas de generación en generación. “Ya es responsabilidad de cada persona si se va sin nada", dijo.
El año pasado una de las pangas
se había perdido, pero gracias a los radios de comunicación un barco sardinero
logró captar la señal que lanzó el motorista y así pudieron rescatar a los
pescadores.
Aunque la temporada de caza grande ya empezó, actualmente salen sólo 15 embarcaciones. Traen una corrida que viene desde Sinaloa y poco a poco se van adentrando al Mar de Cortés, y así empiezan: de poco a más.
En una panga salen a mar abierto
tres pescadores, que navegan de 30 a 40 metros bajo el mar para cazar tiburón o
pez vela; salen en una tarde y regresan al siguiente día, relató Fidel Leyva.
“La pesca que ejercen pescadores de Moroncárit es distinta, es más fuerte. Se viven grandes aventuras en medio del mar”, sonríe Fidel.
El trabajo de un pescador es activo, requiere concentración en todos los movimientos que realiza, desde que atrapa el producto hasta que desenreda una red. Es un maestro en el manejo de los cortes del pez, y solo utiliza dos cuchillos que continuamente son tallados para que no pierdan el filo, a media día, la gran mayoría termina su jornada de trabajo, y son trasladados en camionetas hacia sus hogares.
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