La maestra Dolores Sol Rodríguez y Gloria Rosas, tía de Genaro Alfonso, organizan una rifa para trasladar sus cenizas hasta su hogar.
Por Teresa González
Navojoa/VdM, 25 de febrero
Como una primera actividad para recaudar el monto solicitado por autoridades de Estados Unidos para el traslado de las cenizas de Genero Alfonso “El Chano”, sus familiares, amigos y personas solidarias organizan una rifa.
El navojoense, originario de la colona Miravalle, perdió la vida
cuando intentaba alcanzar el llamado “sueño americano”.
Las autoridades del vecino país solicitan 1,200 dólares (unos
24 mil 500 pesos mexicanos) para enviar sus cenizas a Navojoa.
Para completar el cobro amigos y familiares rifarán un
paquete de carne asada el próximo 14 de marzo, con base en el número ganador de
la Lotería Nacional. El sorteo fue nombrado: “El regreso del sueño americano de
Genaro Alfonso”.
La historia
En la colonia, Miravalle, en Navojoa, una madre llora la
ausencia de su hijo.
-“¡No te vayas mijito… no te vayas!. ¡Hace mucho calor, espera a que se
vaya!”,
fueron las últimas palabras que María Flora Rosas le dijo su hijo,
cuando se enteró que saldría a los Estados Unidos en busca de una mejor vida.
María Flora es trabajadora doméstica, y junto con su hermana
Gloria, nunca descansaron hasta dar con el paradero de Genaro.
- “Fueron siete años de búsqueda continua”, explicó Gloria
Flores.
- “Me metía en todos los grupos que había, en donde se buscan
personas desaparecidas”, contó.
“Hasta que un día, Mirsa, integrante del Centro Colibrí para los Derechos Humanos, que trabaja junto con las familias de migrantes desaparecidos, que han perdido la vida cruzando la frontera entre Estados Unidos y México, les avisó del paradero de mi sobrino”.
Genaro Alfonso Ibarra Rosas contaba al salir de casa con 29 años de edad.
Se fue el lunes 15 de junio del año 2009, y llevaba puesto un
short largo de mezclilla, con una camisa blanca, calzaba tenis y portaba una
mochila pequeña, en cuyo interior guardó mil pesos, porque lo iban a recoger en
Sonoyta, recuerda Flora, su mamá.
En esa ciudad fronteriza Genaro Alfonso se iban a reunir con varias
personas, y supuestamente se irían caminando hasta el vecino país. Entre los
migrantes indocumentados estaban dos sinaloenses, originarios de Navolato, de
donde es originaria su entonces pareja sentimental, quien contó a la mamá que
estas dos de personas prefirieron regresarse cuando cruzaban el desierto, pero Genaro
se negó hacerlo.
A los cinco días de
que su hijo saliera de viaje, su pareja sentimental dio aviso de que había
recibido una llamada de Genaro Alfonso, pero al parecer lo hizo desde un
celular distinto porque le habían robado el suyo.
“Me dijeron que pusiera una demanda, yo siempre estaba
trabajando, tenía que ir a Etchojoa, pero sí fui a buscarlo a Sonoyta, lugar en
donde lo habían visto por última vez, pero no tuvimos razón de su paradero. Mi
hermana siempre lo buscó por medio de Facebook, siempre lo anduvo buscando”, narró
María Flora Rosas.
Congelado
Los restos de Genaro Alfonso Ibarra Rosas fueron congelados
en una morgue de Tucson, en Arizona, para su posterior reconocimiento.
En ese lugar permanecieron durante casi 11 años. La
identificación fue posible a través de sus huellas dactilares y tatuajes que
tenía en su pecho, pero debido a las condiciones de descomposición que ya
presentaban los restos, se tuvieron que cremar para su traslado a Navojoa, Gloria.
Fue la profesora Dolores Sol Rodríguez, una conocida gestora
social local, quien se ha encargado de ayudar a la familia de Genaro Alfonso, prácticamente
desde el primer día que le notificaron del caso.
Informó que el trámite ya se inició con la entrega del acta
de nacimiento para hacer el reconocimiento legal a los restos.
El proceso es tardado, explicó Sol Rodríguez, sobre todo
porque el consulado americano aún permanece cerrado debido a la pandemia.
Sin embargo, dijo, se mantiene comunicación constante con Gerónimo
García, abogado encargado de llevar el caso de Genaro Alfonso, y quien aseguró
que en cuanto lleguen los documentos se hará el trámite para el envío de las
cenizas del navojoense.
El gobierno de Estados Unidos cobra entre 900 y 1,200 dólares
por los servicios de pago y de salud, además las cenizas del joven deben
recogerse en Nogales, Arizona.
La maestra Dolores Sol ofreció su tiempo para reclamarlas y transportarlas hasta el hogar, del cual salió hace ya casi 11 años.
No es la primera ocasión que a Dolores Esther Sol Rodríguez
le toca apoyar a las personas que solicitan su ayuda.
Su vida ha navegado entre luchas y el abanderamiento de
causas y reclamos de justicia ciudadana.
La maestra, como muchos la conocen, una vez más demuestra que
su lado humano está por encima de cualquier interés personal.
Quienes ha tenido la oportunidad de conocer sus acciones, para favorecer a quien más lo necesita, pueden corroborar su historia como líder social, gozando del reconocimiento de sectores ciudadanos.
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