Mientras la sequía amenaza con intensificar el desabasto de agua y de agotar la del subsuelo, los actuales candidatos a los distintos puestos de representación popular se enfrascan en pleitos banales.
Navojoa/VdM, 29 de mayo
En mi carácter de ser coautor del Reglamento de Presas del Sistema del Río Fuerte y también el del Mayo, me permite realizar el siguiente análisis sobre la falta de agua potable.
Primeramente, aclararemos que la ciudad de Los Mochis y sus
muchas comunidades dentro del Distrito de Riego 075, son abastecidas por la red
de canales del distrito, que mediante potabilizadoras hacen el agua susceptible
de beber.
Por el contrario, Navojoa y un gran número de comunidades
dentro del Distrito de Riego, dependen exclusivamente del agua del subsuelo, lo
que ha agravado la situación por la grave sequía que estamos padeciendo, la más
fuerte en la historia de la región, similar a la que se padeció en el año de 1955.
En términos técnicos se le conoce como recarga a la aportación
que recibe el acuífero, misma que puede ser natural (llámese así al agua de las
lluvias, que se infiltra y enriquece y sube el nivel de los mantos acuíferos), también
puede ser inducida (el agua que se infiltra por el regadío y fugas de agua en
la red y canales).
Por esas cosas que suceden, el Valle de El Fuerte ahorita sólo
tiene agua para otorgar a la población, con el problema de que los productores
clandestinamente absorben dichos volúmenes de la red para usarlos en la
agricultura, dejando a las poblaciones sin agua suficiente.
Sin embargo, se debe aclarar que ellos, los del Valle de El
Fuerte, están en una situación de privilegio ya que tienen un potencial en el acuífero
de más de 600 millones de metros cúbicos anuales, agua que por economía dejan
en el subsuelo.
La intención del presente análisis es con el fin de reflexionar
en la situación en el Valle del Mayo, de que debemos ir tomando medidas
fuertes, y a veces hasta dolorosas, por la razón que la única fuente que tenemos
para cubrir las necesidades de la población, por cierto muy reducida, es el
agua disponible en el acuífero. Si no se implementa una fuerte gobernanza en el
agua, nos quedaremos sin ella para beber en Navojoa.
Lo grave seria que no lloviera y que quisiéramos seguir
explotando el acuífero para continuar sembrando en las mismas condiciones que
lo hemos hecho. Agotaríamos la única y minúscula fuente con que contamos para
abastecernos de este importante recurso.
Es aquí donde sale a la luz la recomendación y predicción de
los grandes técnicos de este país: que tarde o temprano se tendrán que
interconectar las cuencas del Noroeste, para llevar agua desde donde abunda hasta
donde escasea, se trata, en pocas palabras, de hacer realidad el Plan Hidráulico
del Noroeste (Plhino).
Esto se reafirma al saber que en estos momentos existe una
presa al Sur de Sinaloa con mucho volumen y ni una hectárea agrícola en donde
regar.
Es precisamente esto
lo que tienen que reactivar nuestros flamantes diputados federales, con apoyo, claro,
de quienes conocemos estos menesteres, lo técnico y legal del agua.
A la fecha, sólo un candidato se ha interesado en este tema
tan importante, me refiero a Oscar Argüelles, quien ya hizo propuestas a la
Comisión Nacional del Agua (Conagua), como la interconexión del río Chínipas a través
del arroyo Gochico, con el río Mayo. Esto se trata de un gran proyecto de irrigación
para el Sur de Sonora, realizado desde 1960, actualmente archivado.
Además de modificar la Ley Federal de Aguas y volverla a su estado
original que señala que el agua es propiedad de la nación, anulando la cláusula
actual que establece que no se puede llevar agua de una cuenca a otra.
Aviéntense ese tropo a la uña, señores candidatos. No sólo se
tiren lodo unos con otros, los ciudadanos queremos propuestas, no
descalificaciones entre ustedes. Esto también va para los candidatos a
gobernador de Sonora.
*E-mail: ingenieroemilio@hotmail.com
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