Fue una estupidez construir el represo llamado Los Pilares
Navojoa/VdM, 31 de octubre
Por Emilio Borbón Willis
Que tristeza se siente ver talar los grandes álamos del rio Mayo, donde antes familias enteras disfrutaban los fines de semana, y en donde quedan como mudos testigos de esas convivencias los asadores de carne, como monumentos a un ser vivo. Quedan para reclamar la inmediata reforestación del río.
Las causas que originaron que se secaran los álamos del afluente
son varias: la falta de lluvias los últimos años, la falta de desfogues hacia
su lecho, no otorgarle un caudal ecológico y hasta la pandemia actual.
Dirán ustedes ¿qué tiene que ver la pandemia actual?. Pues
mucho, ya que si no se hubiera presentado se le hubiera otorgado un volumen en la
Semana Santa pasada, tal como se venía haciendo desde la administración de José
Curiel (2000-2003), que gestionó ante la Comisión Nacional del Agua (Conagua),
un volumen para el llamado “mar de los pobres”. Lo que no se hizo este año,
para no tener aglomeraciones de gente y reducir así la pandemia, que aún
tenemos.
El tiempo de vida de los álamos del cauce del río Mayo está
en relación directa a su distancia a su
centro por donde corre el agua, ¿qué significa esto?, que entre más lejos esté
de la corriente es más seguro que el árbol viva.
La razón es que si tiene la humedad en los perfiles
superiores del suelo, no requiere enraizar estratos más profundos, así, cuando
existe una sequía como la actual, el estrés hídrico es muy grande y la planta
muere.
La planta es como una bomba que extrae agua; si el agua se
agota la bomba se quema. Es el proceso llamado evapotranspiración de las
plantas, que deben tener agua disponible,
humedad aprovechable y cumplir con el proceso ASPA- que es la relación entre el
agua, suelo, planta y atmósfera- y en donde el clima es determinante: a mayor
temperatura mayor consumo.
Mi sugerencia es que se proponga en la próxima visita del Presidente
de México, Andrés Manuel López Obrador, que se tome en cuenta al Sur de Sonora
en el Programa “Sembrando Vida”, mismo que está enfocado a áreas del Sureste
del País en donde la lluvia anual es de más de 3,000 milímetros. En Navojoa,
para su conocimiento, sólo llovió 178 milímetros, motivo de tanta sequía.
Se debe poner en operación un gigantesco vivero de planta de álamo,
guásima, mezquite, palo colorado, amapa, y sin faltar la reproducción masiva de
plantas de chiltepín.
El general Álvaro Obregón, impulsor de las alamedas del Mayo,
si viera lo que está pasando seguramente se volvía a morir del coraje.
Los álamos expulsan millones de semillas cada año y si caen
en áreas húmedas germinan. La reforestación es natural, pero ya no habrá
semillas porque no habrá quien las genere; tampoco habrá áreas húmedas, porque
no habrá ya desfogues, que son como una inyección en la vena del acuífero del río
Mayo, lo que secará los pozos de agua potable que tienen poca profundidad,
principalmente los del área rural del Distrito de Riego.
Cuando esto pase nos iremos sobre el agua de la presa, como ya
pasó en Hermosillo.
En la construcción del nuevo represo, llamado Los Pilares,
gastamos 2,400 millones de pesos, para tener 50 millones de metros cúbicos
menos de agua. Que buen negocio, por eso me oponía yo a la construcción de esa
obra. Es la estupidez más grande vista en mi vida. Gracias PRIAN.
*E-mail: ingenieroemilio@hotmail.com
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