Los primeros están organizados y acceden a apoyos, mientras que los segundos siguen sin ponerse de acuerdo.
Por Emilio Borbón Willis
Navojoa/VdM, 05 de marzo
Analizando el nivel de vida de yaquis y mayos del Sur de Sonora no queda más que reconocer que su situación económica es directamente proporcional a su nivel de organización.
Eso tiene muchos antecedentes históricos. Los mayos han sido
menos bélicos, más sumisos al servicio del hombre blanco, sirviéndole de guía y
de interprete desde un inicio en la penetración al Norte del país.
En cambio, la nación yaqui pronto dio a conocer su negativa a
dejar que el hombre blanco se asentara en su territorio, teniendo tres
sangrientos combates con Diego Martínez de Urdaide, a quien le reconocieron su valentía
bautizándolo como “yoli” o “yori” (que en lengua yaqui y mayo significa
valiente).
Al preguntar el capitán español dónde estaban sus riquezas,
sus minas, los naturales contestaban “cayta,cayta” (que significa no hay).
Es así como a nuestros días llegan esos términos: “yori”, como
hombre blanco, y “cahita”, como también se les nombra a las lenguas mayos y
yaquis.
Los mayos gracias a su falta de organización y de liderazgos auténticos,
han permitido pacíficamente ser despojados de sus tierras, su río, sus
tradiciones y de idiosincrasia. Podemos poner muchos ejemplos que confirman lo
antes mencionado.
Lo que está pasando actualmente con ambas naciones reafirman
mis señalamientos. El Gobierno Federal les acaba de autorizar a los yaquis un
gran recurso para un plan ambicioso de desarrollo. Les dio a los ocho
gobernadores un carro del año y un millón de pesos a cada uno, para que se
movilicen y se organicen en el plan de desarrollo que está en proceso.
Sin embargo, como si eso no fuera suficiente, les ha
prometido que en su territorio se instalara una caseta de cobro. Sale sobrando
decir que lo recabado en ella será exclusivo para la nación yaqui, beneficio
que viene a sumarse al techo financiero de 1,700 millones ya autorizados por el
presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ¿y los mayos?... ¡como el chinito!
Navojoa, uno de los ocho pueblos mayos, tiene el grande honor
de tener dos casetas de cobro dentro de su territorio. Es el único municipio en
el país que tiene dos casetas. La pregunta es: ¿cuánto les tocará a los indígenas
mayos?.
Los mayos son, y han sido, sólo un botín político en época de
elecciones. Se atrevieron públicamente unos gobernadores mayos a expresar su
apoyo a cierto candidato de izquierda, lo que representa una grave violación a
sus usos y costumbres. y pueden ser destituidos. Lo que, por cierto, no es
facultad ni del Gobierno Federal, del Gobierno del Estado o del municipio, es
sólo de la nación mayo. Eso les pasa por no estar organizados.
Yo invito a los yoremes mayos a que se organicen, que no sean
“moneda de cambio” en épocas electorales; que aprovechen a este gobierno
humanista e indigenista para que les haga justicia. Les debe más la patria a
los mayos que a los yaquis. Es el momento de actuar.
Los mayos deben cambiar su sistema de gobierno, pero en común acuerdo, sin imposiciones del gobierno “yori” de ningún nivel. No puede ya un gobernador ser vitalicio, tiene que haber sangre joven con los principios originales, sin duales.
*E-mail: ingenieroemilio@hotmail.com
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