El periodismo profesional obliga a comprobar hasta el más mínimo dato que publicamos y difundimos.
Por Andrés A. Solis*
Estado de México/VdM, 20 de septiembre
La ventaja de ser reportero es que no se pierde la capacidad de sorpresa ni la capacidad de escuchar con atención a alguien, más cuando se trata de colegas.
Uno de estos colegas con quien siempre es un placer conversar es Juan Carlos Sánchez Díaz, director general de Poblanerías y quien hace unos días me hizo una pregunta con “jiribilla”, casi, casi para confirmar lo que él mismo ya tenía en la mente, pero que me ayuda a reflexionar sobre el tema.
Juan Carlos me preguntaba sobre el concepto de “Fuentes Confiables” y fue una muy buena pregunta, porque seguramente usted que me lee en este momento ha escuchado, visto y leído muchas veces esta frase que se vuelve un pésimo lugar común.
Desde que tengo memoria, aún antes de ser periodista, ya había escuchado, visto y leído muchas veces esta frase de “según fuentes confiables…” o “fuentes confiables confirmaron…”
La pregunta sobre “¿qué es una fuente confiable?” me hizo pensar un buen rato y llegué a la conclusión de que hablar de fuentes confiables es como hablar de las “Fake News”; es decir, no existen.
Y no es que sean lo mismo, claro y déjeme explicarle. No existen las fake news, porque si algo es falso, no puede ser noticia.
En el caso de las “fuentes confiables” estaríamos hablando de una redundancia, de un pleonasmo.
En este espacio he dicho muchas veces que el periodismo profesional se basa en la demostración, en la comprobación, documentación, verificación y contrastación de los hechos de interés público que se convierten en noticia. El periodismo profesional obliga a comprobar hasta el más mínimo dato que publicamos y difundimos.
Ahora bien, una fuente de información, como le decía yo a mi querido Juan Carlos, es un recurso informativo que puede ser una persona, grupo de personas, organización pública, social o privada, así como documentos, publicaciones y archivos disponibles a través de diferentes plataformas tecnológicas que sirven para documentar y evidenciar un suceso de interés público y periodístico que ayudan a la construcción de las noticias.
Entonces si una fuente es un recurso informativo y nuestro trabajo es verificar la información, toda fuente tendría que ser confiable, no puede haber fuentes en las que no confiemos, porque entonces estaríamos reproduciendo información engañosa, tendenciosa o deliberadamente falsa.
Por eso no hace falta decir que tenemos fuentes confiables. Todas mis fuentes son confiables, si no, no serían mis fuentes.
Yo sigo pensando que cuando un colega antepone sus “fuentes confiables” es porque sobreviene una mentira.
*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo Hoy” que se transmite los martes a las 13:00 hrs., por Radio Educación.
*E-mail: aasolisa@gmail.com
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