Para salir adelante los prestadores de servicios turísticos deben formar alianzas
Hermosillo/VdM, 27 de septiembre
El impacto por la pandemia de covid-19 en cuestión de turismo ha sido dramático tanto para las empresas como para las comunidades turísticas; la normalización de los viajes no se dará sin el despliegue de vacunas y tratamientos efectivos a nivel global, detalló José Ramiro Hernández Marín.
El presidente del Colegio de Profesionales y Profesionistas en Turismo del Estado de Sonora explicó, durante una conferencia en la Unidad Regional Sur (URS) por el Día Mundial del Turismo, que actualmente el sector vive la mayor crisis en su historia y ésta todavía no ha terminado.
“Aunque una cosa es lo que nos ha enseñado la pandemia, otra es lo que hemos aprendido realmente; si bien es cierto que nos ha enseñado a ser más respetuosos con el medio ambiente y a utilizar algunos protocolos de bioseguridad, también los utilizamos indiscriminadamente porque vemos en muchos de los casos la contaminación de los cubre bocas tirados por todos lados".
El especialista en marketing turístico y hotelero ejemplificó que anteriormente se hacían campañas para no tirar plásticos en las playas, pero ahora se hacen comerciales para no arrojar los cubre bocas; la contaminación que éstos producen es enorme y es otro problema que enfrenta el turismo actualmente.
Alianzas
Por otra parte, dijo que para salir adelante los prestadores de servicios turísticos deben formar alianzas, existe una digitalización acelerada y oportunidades para la innovación y lo vemos por ejemplo en la utilización de los códigos QR; las empresas han aprendido para adaptar sus negocios a estas nuevas realidades, describió.
Hernández Marín destacó que derivado de la pandemia el turismo rural se ha visto fortalecido, pues existe una preferencia por lo local en viajes de proximidad y son los jóvenes los más aventurados en sus opciones de viaje.
“En cualquier situación, el ser humano tiene sus precauciones: si acontece algo afuera de casa lo primero que hacemos es asomarnos y poco a poco ir avanzando para tomar esa confianza; entonces lo primero que se hacemos es visitar lugares cercanos, como los pueblos de la Ruta del Río Sonora, o en el caso de la región sur, la Ruta de Sierra-mar, que son los más cercanos”, dijo.
El turismo comunitario en sí, acentuó, es la actividad económica de turismo que se produce desde la comunidad rural, que genera beneficios para ella misma de manera sustentable, organizada y participativa, promoviendo el reconocimiento y conservación de la identidad, la diversidad cultural y su patrimonio a través del fortalecimiento de procesos históricos de cada territorio.
“Para ello debemos ofrecer servicios y productos turísticos sustentables e inclusivos, de alto valor añadido que impacten en nuestra identidad turística y atraiga a turistas responsables. Es un turismo de la gente para la gente”, manifestó.
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