Por Teresa González
“El que no nos dejó en un principio no nos
dejará al final”, con esta frase, la hermana Hilda Cadena González resume que su misión al frente
del Desayunador Cristiano YO SOY “Caritas Felices”, es la de no claudicar en seguir ofreciendo alimento a más de 70 niños en situación de vulnerabilidad, esto a pesar de las dificultades que enfrentan para conseguir los productos para la elaboración de los alimentos.
Navojoa/Valle del Mayo .- Están ubicados en la Colonia Tepeyac, considerada como un área de
alta marginación, principalmente hacia las orillas zona que está rodeada de invasiones en donde muchas viviendas están elaboradas de madera con hule negro y familias que viven en casas pequeñas y en condiciones de hacinamiento.
En el desayunador cristiano los menores no solo
reciben alimento, también educación cristiana enfocado hacia el amor a Dios y valores
como el respeto hacia las demás personas.
Son niños de distintas edades que viven
alrededor de la colonia en condiciones altamente precarias, muchos de ellos, don hijos de madres solteras que no tienen tiempo ni el recurso para darles
atención alimentaria tres veces al día porque tienen que salir a trabajar en maquilas o por cuenta propia en los tianguis.
Hilda Cadenas González, es la hermana que
atiende a los menores desde hace dos años y medio, con recursos propios y ayuda
de dos de sus hermanas que se encuentran en el extranjero ha podido sacar adelante
una misión que ella misma tomó luego de tocar fondo con el problema de drogas
que ella, y su esposo tuvieron en algún momento de su vida.
“Sabemos lo
que se sufre cuando andas mal, cuando los niños andan con una mirada perdida y
el rechazo que se sufre cuando por ser lo que eres y lo que fuiste te cierran
las puertas y no tengas ni para comer”, relató.
Hilda, aprendió a predicar en una iglesia
cristiana de Tijuana lugar en donde realizaba actividades de llevar alimento a
los Centros de Rehabilitación, y de lunes a viernes lo dedicaba a predicar y ahí también
aprendió a cocinar.
Alimentar a 70 niños no ha sido una tarea fácil,
su esposo se dedicó un tiempo a la venta de frituras para que a los menores no
les hiciera falta comida, de hecho, ofrecían alimento tres veces a la semana pero debido al alto costo que representa comprar los productos, solamente están ofreciendo alimento el sábado por la mañana y que complementan con clases sobre fomento de valores.
Al principio, relató Hilda Cadenas, los niños se
alimentaban en el suelo a veces sobre tarimas, pero gracias a la ayuda de una
de sus hermanas compraron material de madera para hacer las bancas y mesas que fueron
hechas por su esposo.
La formación incluye la disciplina antes de entrar al lugar, los niños se forman en fila para posteriormente sentarse en las mesas.
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